lunes, 30 de noviembre de 2015

COMENTARIO AL EVANGELIO 1º DOMINGO DE ADVIENTO 2015

EL FINAL

Lc 25, 21-18  ·  34-36




El Evangelio utiliza a veces un lenguaje que llamamos apocalíptico. San Lucas transmite el conocido como “discurso escatológico”. Cielo y tierra señalarán la inminencia del fin. Luego aparecerá el Hijo del hombre. Entonces la Iglesia alcanzará su liberación. La intención del evangelista no es aterrorizar, sino alimentar la esperanza de los discípulos en medio de las dificultades 

La “ciencia” antigua distinguía tres cuerpos celestes el sol, la luna y las estrellas. Los signos del cielo, por tanto, se producirán de día y de noche. De día, el sol se oscurecerá; de noche, la luna y las estrellas brillarán más intensamente. Los antiguos consideraban que las variaciones en los cielos anunciaban acontecimientos importantes.

También en la tierra habrá signos precursores. Habrá “angustia” e “inquietud”. Los pueblos se sentirán aterrorizados. El temor llegará al pánico como ante una furiosa tempestad en el mar. Todo retornará al caos primordial. Los hombres agotados y llenos de miedo temerán ante lo que les sobreviene. Toda la creación será sacudida por una suerte de anticreación.

Entonces el Hijo del hombre de la visión de Daniel 7,13, el Mesías resucitado, aparecerá gloriosamente entre las nubes del cielo, símbolo de la presencia divina, y restablecerá la justicia y la paz definitivas. Lo que distinguirá la segunda venida de la primera es el poder y la gloria. La primera, desde la cuna hasta la cruz, estuvo marcada por la debilidad y el sufrimiento. La segunda, desde el día de Pascua en que Jesús entró en su gloria y se sentó a la derecha del Poder, estará marcada por la majestad.

Hay una diferencia entre los cristianos y los demás. Mientras el resto de los hombres quedarán horrorizados, los cristianos recuperarán el valor. Si Jesús, al morir en la cruz, inclinó la cabeza, ahora los cristianos “levantarán la cabeza”. La liberación es inminente. La salvación es una liberación y un fin de la persecución, el final de las iniquidades y opresiones, el restablecimiento de la justicia y el inicio de la paz verdadera: el cumplimiento del Magnificat y de las Bienaventuranzas. A la Iglesia sufriente le sucederá una Iglesia jubilosa.

Velad y orad. Para prepararse a este momento, los cristianos deben permanecer vigilantes y tener cuidado de sí mismos, manteniendo una actitud digna de Dios y un estilo de vida conforme al Evangelio, huyendo del embotamiento del corazón como resultado de la inmoralidad y la vida desordenada. Es una llamada al discernimiento de los acontecimientos de la vida.

Quienes se entregan a los excesos de los vicios y pasiones viven prisioneros de lo material y asaltados por los agobios y preocupaciones. La embriaguez, el sueño y la noche son la cara visible del pecado. En cambio, la vida moralmente correcta expresa la fe y el amor.

El corazón puede embotarse por el libertinaje. San Lucas alude al abuso del alcohol, pero hay más adicciones.  Alude también  a las preocupaciones del mundo que podríamos identificar con el estrés al que nos sometemos por el exceso de trabajo y las obsesiones. Cuando el corazón se embota perdemos la tensión espiritual y no podemos reconocer al Señor que viene a nuestro encuentro.

El Evangelio insiste en el carácter imprevisible del fin. Los culpables quedarán atrapados inesperadamente, como se sorprende a un ladrón. Los cristianos vigilantes y orando evitarán la catástrofe final, la última prueba o tentación final. En esos momentos se requerirá vigor moral para vencer y escapar de la destrucción definitiva. Los cristianos son “refugiados”: los que se han refugiado en Dios, los que supieron escapar de las tentaciones, resistir en las pruebas y están preparados para el encuentro con su Señor.

El discípulo de Jesús espera confiado el regreso de su Señor y lo hace encontrándose con Él en los signos en los que Él ha perpetuado su presencia –Palabra, Eucaristía y Pobres-, orando con constancia, llevando una vida recta y permaneciendo siempre disponible en el servicio para que en el mundo reinen la fraternidad y la justicia.

D. Fernando  LLenín  Iglesias  - Párroco de San Francisco de Asís


lunes, 9 de noviembre de 2015

Comentario al Evangelio del Domingo 8 de Noviembre de 2015

LA VIUDA
Mc 12, 38-44




Las vestiduras sacerdotales y regias estaban diseñadas para impresionar por su belleza. Los saludos en las plazas y en los mercados otorgaban gloria al que lo recibía, así como los primeros asientos que tenían una finalidad honorífica. Pero Jesús valora negativamente la ostentación. Insiste además en lo contradictorio de esa gloria y ese honor con el aprovecharse de la indefensión de viudas y huérfanos para “devorar” sus bienes. A la vanagloria se une la injusticia y la avaricia brutales, como animales salvajes que asaltan vorazmente el alimento.

Las viudas, los huérfanos, los extranjeros y los pobres son en toda la Biblia una especial preocupación de Dios, que por medio de los profetas pide que se les haga justicia. Abusar de ellos y estafarlos es un pecado que clama al cielo. Un escriba podía engañar a una viuda actuando como notario y cobrando abusivamente por sus servicios. Un sacerdote podía también reclamar diezmos, extorsionando bajo apariencia de oraciones y derechos sagrados.

Bajo hermosas vestiduras y vanidosa honorabilidad se enmascara una actitud brutal y una avaricia despiadada. Por eso, su condena será especialmente dura. Aunque, naturalmente, Jesús no dice que todos los escribas y sacerdotes actuaran así, ni siquiera la mayoría. Pero probablemente en las altas esferas de Jerusalén había una notable corrupción escandalosa, que finalmente llevó a Jesús a protagonizar el episodio de la purificación del Templo y a un enfrentamiento mortal con la familia de los sumos sacerdotes.

Había en el patio de las mujeres unas cajas para ofrendas en forma de trompetas, destinadas a las ofrendas voluntarias. A diferencia de los ricos que echaban limosnas abundantes, una viuda pobre ofreció sólo dos monedas de poco valor. Pero como esas dos moneditas era todo lo que le quedaba para vivir, ella da más que nadie porque da toda su vida.

Frente a la avaricia de escribas y sacerdotes, frente a la ostentación vanidosa de los ricos, se alza la inmensa generosidad y fe de la viuda pobre. Se trata de una parábola hecha realidad: el rico ostentoso y la humilde y generosísima viuda pobre.

Las apariencias engañan. La caridad y la solidaridad pueden ser sólo aparentes. Lo vemos a menudo en tantos personajes que aparecen constantemente en los medios de comunicación haciendo gala de generosidad en toda situación donde se encuentre un fotógrafo. Los hay que incluso llevan a los fotógrafos consigo. Es una caridad ostentosa, como los ropajes y los puestos de honor.

Lo importante no es la cantidad de dinero o de cosas o de actos que uno da o hace, sino la intención, la interioridad que motiva. La viuda es encomiable no por el valor de lo que dio, sino porque dio “todo”. Es más, con este acto la viuda muestra que “todo” lo pone en manos de Dios, que todo lo espera de Dios. Ella es una “pobre de Dios”, una humilde hija de Dios que confía totalmente en la Providencia. No sólo es pobre económicamente, es “pobre de espíritu” y, por tanto, bienaventurada.


Esta viuda se parece a Jesús, que da su vida entera, y a la Virgen María, a la que llamamos Bienaventurada porque el Señor ha mirado la humildad de su sierva que se ha ofrecido totalmente a Dios.  

Don Fernando Llenín Inglesias
Párroco de San Francisco de Asís Oviedo

viernes, 6 de noviembre de 2015

Encuentro de Jóvenes

Encuentro de jóvenes



PRIMER ENCUENTRO

Lugar: Salón Parroquia San Francisco de Asis
Hora: 20.00
TEMA "EL ABORTO"

8 NOVIEMBRE 2015 EL ORIGEN DE LA VIDA HUMANA
Ponente : María Victoria González Meana
Doctora en Bioquímica. Profesora e Investigadora Universidad Oviedo

15 NOVIEMBRE 2015 COMPLICACIONES DE LOS ANTICONCEPTIVOS
Ponente : Dr. Ángel Lacave
Especialista en Oncología. Ex miembro de la Organización Europea para la investigación y tratamiento del cáncer

22 NOVIEMBRE 2015 SECUELAS PSICOLÓGICAS DEL ABORTO
Ponente: D. José Luis Besteiro
Psicólogo clínico. Profesor de Psicología Universidad de Oviedo. Director del COF

29 NOVIEMBRE 2015 ¿ SE PUEDE PERDONAR EL ABORTO?

Ponente : D. Fernando Llenín Iglesias. Párroco de S. Francisco de Asís . Profesor de Filosofía y Teología Universidad de Oviedo. Director del Instituto Superior de estudios teológicos

lunes, 2 de noviembre de 2015


                                                  A V I S O


Hoy,  se celebrará a las 19.30h una Misa solemne por todos los difuntos de la Parroquia