lunes, 13 de julio de 2015

Enrique, emperador (973-1024)
El ducado de Baviera está de fiesta por el nacimiento de Enrique.
En Abbach , en el año 973, ha visto la luz el hijo de Enrique el Batallador y de la princesa Gisela de Borgoña.
La Iglesia está pasando por la terrible Edad de Hierro; se está construyendo la sociedad civil en pleno feudalismo, con lo que significa de peleas, revueltas a las que se añaden  la peste y las epidemias
Enrique el  Batallador fue desterrado y su  familia desunida; por lo que Enrique fue educado  por el obispo de Raisbona, Wolfgang, que era su padrino.
Enrique tenía 22 años cuando muere su padre y le sucede como legítimo duque de Baviera; se casó con la princesa Cunegunda, que también llegará a ser venerada en los altares el día 3 de marzo.
Fue un señor diferente al de un señor feudal de su tiempo, procediendo noblemente y con justicia e inclinado más bien a la misericordia e los en los frecuentes casos de levantamientos y rebeldías de los nobles. Su oración y penitencia bien conocida por todos y altamente alabadas le llevaban a actuar así, en vez de la crueldad imperante de la época,
Fue elegido por la nobleza germana emperador de Alemania el 1 de enero del 1002, después de que muriera sin descendencia directa su primo Otón III; para defender este derecho al Imperio Romano Germánico tuvo que guerrear contra familiares que aspiraban a la misma dignidad. Organizó un formidable ejército, disuasorio para los levantiscos y útil pasa asentar su dominio en otras tierras; hacía falta esta imponente fuerza para calmar a los nobles y obispos que se peleaban continuamente entre ellos, para defender a su territorio de la invasión intencionada de Polonia sobre Alemania –venció al rey Boleslao I, para recuperar Bohemia, uno de los territorios germanos arrebatados– y porque los bizantinos acosaban sus fronteras del sur. Era parte de sus deberes reales.
Una vez conseguida la paz se dispuso a reformar al clero. Fue un defensor de los cluniacenses y logró las condiciones necesarias para  un concilio en Franfort (1007) para que los obispos tomaran las medidas eclesiásticas necesarias y restaurasen la disciplina, mostrándoles su apoyo para hacer cumplir las decisiones que salieran de ese Concilio..
 Patrocinó la construcción de numerosas iglesias y monasterios, señalándose especialmente la de Bamberg. Se ocupó de ayudar en la solución de los problemas que el papa tenía en los mismos Estados Pontificios, que presentaban una situación caótica, de profunda anarquía, reflejo de lo que era toda Italia, en ebullición permanente por las luchas fratricidas. A la muerte de Sergio IV, y elegido sucesor Benedicto VIII, se vio forzado a intervenir hasta reponer por la fuerza al papa legítimo en su puesto, porque los seguidores del antipapa Gregorio lo habían depuesto y desterrado. A raíz de este hecho, Enrique y Conejuna fueron ungidos como emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico el 14 de febrero del 1014.
En contraste con su sentir de  amigo de la paz, de la meditación y  de la oración, no paró en toda su vida de un continuo vagabundeo por el mundo, en guerra continua y sin disfrutar de la vida tranquila que le pedían el alma y el cuerpo.
Murió en paz en Grona el 13 de julio de 1024.  Más tarde  se trasladaron sus restos a la catedral de Bamberg donde reposan. Fue canonizado en 1146
A la muerte de su marido, Cunegunda se metió en una abadía fundada por ella, la de Kaffungen, hasta su muerte en el año 1033. Luego, fue enterrada en Baviera, junto a su marido.

Mª Encarnación de la Fuente

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